En riesgo, abasto nacional de carne por gusano barrenador

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Redacción

El problema no son las exportaciones ni que la frontera con Estados Unidos esté cerrada; el verdadero riesgo es que las puertas al gusano barrenador siguen abiertas en México y eventualmente puede afectar el abasto nacional de carne, aseguró en entrevista el director de NexusAgronegocios, César Rafael Ocaña Romo.

En los últimos años la producción de carne de bovino en México ha superado los 2 millones de toneladas, mientras el consumo nacional es ligeramente inferior a la producción, lo cual se logra con una producción nacional anual de entre 11 y 12 millones de becerros, además de que se exporta a Estados Unidos alrededor de 1 millón de cabezas al año y se importa de Centroamérica, según estimaciones no oficiales, menos de 1 millón de reses.

La suspensión temporal una vez más de las exportaciones de ganado en pie hacia Estados Unidos —vigente desde el 11 de mayo— y la permanente importación de ganado de Centroamérica han sido el centro del debate, sin embargo, el verdadero foco de riesgo no está en lo que dejamos de vender afuera, sino en lo que podríamos dejar de consumir dentro sí la plaga avanza al resto del país. Es un error pensar que permitir la entrada de ganado a México contendrá los precios de la carne al consumidor mexicano, detalló el consultor Ocaña Romo.

Confirmado ya en Oaxaca y Veracruz, el gusano barrenador ha alcanzado una “frontera virtual” en esa región del país, lo que motivó el cierre de Estados Unidos el pasado 11 de mayo.  Sin embargo, si esa frontera regional es superada, la plaga se proyectaría hacia las regiones ganaderas más amplias y densamente pobladas de ganado en el país: “Si la plaga avanza y no la controlamos, no solo será un tema del norte o de ranchos: terminará afectando el precio de la carne al consumidor final, puntualizó Ocaña.

El especialista agregó que “los efectos esperables si la plaga avanza, van desde mortandad de animales, reducción en la productividad, alza en los costos de producción y una disminución en la oferta de carne nacional. Todo esto, en un país que cubre la mayor parte de su demanda con producción interna”.

“No se está entendiendo que, si esta plaga cruza hacia regiones centrales y del norte del país, vamos a tener mortandad, baja productividad, incremento en los costos de producción y, en consecuencia, menos carne disponible, lo cual encarecerá el precio al consumidor”, manifestó. 

Una regionalización del país en papel, sin un control real de la movilización y trazabilidad, sin considerar las zonas de destino del ganado y sus riesgos, no es solución, al contrario, abre la puerta a una expansión de la plaga hacia zonas productoras estratégicas y convierte el problema en un asunto de seguridad nacional. 

La frontera sur sigue abierta, pese a ser el origen de la plaga. Y si no se actúa con firmeza, el problema no será la exportación de ganado a Estados Unidos, será el abasto de carne a la población.

“No es un tema ganadero. Es un tema de seguridad alimentaria nacional y sobre las preocupaciones de contención de la plaga, lo que fue señalado como motivo por parte de las autoridades de Estados Unidos para el cierre a la importación de ganado mexicano del pasado 11 de mayo”, enfatizó.